lunes, 24 de septiembre de 2007

MEJILLONES GUISADOS


Con un poco de fresco, apetece un poco de guiso, algo ligero, que tampoco es para tanto...

Los mejillones se suelen tomar como aperitivo o entrante, hay tantas maneras de aliñarlos que es imposible que un@ no de con alguna favorita.
En "guiso" sirven como plato, ligero pero completo. En estas cantidades es para dos-tres personas, pero puede hacerse una perolada sin ningún problema, aumentando las cantidades.

1 Kilo de mejillones
2-3 patatas medianas
1 cebolla
3 dientes de ajo
1-2 cucharaditas de pimentón picante.
Aceite de oliva

El recipiente adecuado para hacer el guiso (10 minutos) es una sartén grande y honda, para no andar cambiando y mareando a los mejillones, y a un@ mism@.

Se ralla la cebolla "pluma" (con rallador, muy finita) y los ajos en rodajitas. Las patatas se parten en rodajas finas que seguidamente se hacen cuadraditos (finas es para que se hagan pronto). Todo junto, se pone a freir en aceite suficiente a fuego lento, para que la cebolla se vaya pochando y las patatas no se quemen.

Cuándo está el sofrito cocinado suficientemente, se ponen las cucharaditas de pimentón, mejor picante, o una y una, según el gusto, moviéndolo bien para que no se agarre el pimentón. Y seguidamente, se añaden los mejillones, que empiezan a soltar agua casi enseguida, con lo que el guiso se va llenando de caldo...que a su vez se va espesando por efecto del pimentón...se mueve con cuidado, más con la propia sartén que con la paleta.

Cuándo todos los mejillones estén abiertos, y el caldo suficientemente trabado, se pueden servir. El resultado es sorprendente y delicioso.

jueves, 20 de septiembre de 2007

SANA SANITA


En una sociedad en la que los medicamentos están al alcance de la mano, nos olvidamos a menudo que, para algunas dolencias, el mejor boquitín se encuentra en la despensa. Para combatir el dolor que acompaña a a ciertos males como una jaqueca, un herpes o una úlcera de estómago no siempre es necesario tomar calmantes, antiinflamatorios y analgésicos.

Ardor de estómago: Para tratarlo hay que olvidarse de los alimentos grasos, el alcohol, el chocolate y la menta. Todos ellos relajan el esfínter que impide que los ácidos del estómago penetren en el esófago. También conviene eliminar los frutos cítricos, los productos derivados del tomate y el café.

Digestión ligera: En cambio, para mejorar la digestión lo ideal es el arroz, sobre todo si es integral, y las verduras, ricas en fibra soluble, siempre y cuando no se preparen con grasas añadidas y estén bien cocinadas. Lo peor para el aparato digestivo es comenzar el día desayunando por el camino. Hay que tener en cuenta que si no se mastica correctamente, el estómago tendrá que hacer un trabajo extra que no le corresponde.

Dolor menstrual: Según los investigadores, los culpables de los dolores de la regla son las prostaglandinas que se almacenan en las membranas celulares. Poco antes de que el periodo empiece, las células endometriales que forman el revestimiento del útero crean grandes cantidades de esta sustancia, que se liberan con la regla. Entonces, comprimen los vasos sanguíneos del útero y el músculo del revestimiento, produciendo dolor.
Al parecer, un buen nivel de calcio contribuye a reducir los síntomas del dolor menstrual. Se puede encontrar en las verduras de hoja verde y las legumbres. También es útil la vitamina B6, que aparece de forma natural en el grano integral, las alubias, los plátanos y las nueces.

Dolor de pecho: Los cambios hormonales en el ciclo menstrual también provocan dolor de mamas. En estos casos, hay que reducir la ingesta de alimentos ricos en grasas como carnes, huevos, productos lácteos y aceites añadidos. Por otra parte, es recomendable tomar muchas verduras, alubias y grano integral.
Respecto al café, los estudios llevados a cabo hasta el momento no han conseguido aclarar si la cafeína es buena o mala para el dolor de pecho. Lo mejor es que cada mujer lo compruebe por ella misma y observe si dejando de tomar café, té y bebidas a base de cola el malestar desaparece o persiste.

Herpes: El herpes zóster se manifiesta como un sarpullido doloroso en el abdomen o en la cara. El virus que lo provoca es el mismo que el de la varicela. Cuando alguien padece esta enfermedad en su infancia, el virus no muere, sino que se esconde en el interior de las células nerviosas. Años después, si las defensas están bajas, el virus invade el cuerpo de forma dolorosa y alcanza los nervios que llegan a la piel.
Para prevenirlo, lo mejor es evitar que se despierte el virus reforzando el sistema inmunológico. Para ello, nada mejor que las verduras, frutas y legumbres, gracias a sus vitaminas y minerales. Si lo que se padece es un herpes labial, lo que hay que erradicar de la dieta son las nueces, semillas, el chocolate y la gelatina.

Migraña: En caso de padecer migrañas, los alimentos que no provocan dolor son el arroz integral; frutos como cerezas, arándanos, peras, ciruelas y pasas; verduras verdes, amarillas y naranjas en conserva (alcachofas, espárragos, brécol, acelgas, berzas, lechuga, espinacas, judías, calabazas, boniatos y tapioca), y el agua.
En cambio, los alimentos que desencadenan el dolor son los productos lácteos, chocolate, huevos, cítricos, carne, trigo, nueces y cacahuetes, tomate, cebolla, maíz, manzana y plátano. Las bebidas alcohólicas tampoco son una buena ayuda en estos casos.

martes, 11 de septiembre de 2007

ESCALIBADA


La escalibada en un asado de verduras. Así se nombra en Cataluña, pero creo que las verduras de huerta, a la brasa o al horno, se hacen sin excepción, aunque con variaciones en toda la cuenca mediterránea. Casi todas las hortalizas valen para poner en la escalibada, según el gusto. La cantidad de cada clase se determina a capricho de los comensales, y la temporada.

Pimientos rojos
Pimientos verdes
Berenjenas
Calabacines
Tomates
Cebolletas tiernas, o cebollas
Espárragos
Setas

Unos dientes de ajo.
Aceite de oliva virgen.
Vinagre si gusta
Sal.

Si se van a hacer al horno, se dejan enteras algunas cosas (pimientos, cebollas, tomates) y se cortan en rodajas grandes otras (berenjenas, calabacines, las cebolletas al medio) y se pueden -o no- envolver en papel albal. El tiempo de horno depende del modelo que sea, y si tiene función microondas y grill a la vez, mejor. Al asado se añaden algunos dientes de ajo para luego majar con el caldo que sueltan las verduras.

Si se van a hacer a la brasa, se parte todo en trozos similares, y se van haciendo tandas, según su tiempo de braseado, no es lo mismo los tomates cortados que las berenjenas cortadas. El tiempo de sarten, depende del gusto. La sarten se prepara para brasa, untando el fondo de ajo, y manchándo el fondo de la sartén de aceite.

Se dispone en fuente de servir, cuándo la verdura tiene temperatura ambiente y se ha preparado adecuadamente (pelar los pimientos, cortar los tallos de los espárragos, etc). Se sala entonces y se rocía ligeramente con aceite de oliva, y una gota de vinagre, si se desea.

Se puede acompañar de jamón serrano, o de bacalao, o de anchoas de La Escala ;-) , o simplemente ponerla encima de pan (payés) tostado

domingo, 9 de septiembre de 2007

SOLOMILLO A LA PIMIENTA


El solomillo de cerdo es un buen recurso cuándo se quiere hacer una comida un poco especial, y se tiene poco presupuesto y el tiempo limitado.

Lo del presupuesto, porque aunque no es de las carnes más baratas, tampoco es de las más caras, y con una buena preparación saca el sobresaliente de los comensales. Y lo del tiempo, porque permite preparar los procesos previos el día anterior, y porque según como vaya a consumirse, sirve perfectamente de fiambre, y te apaña una cena

Un solomillo de cerdo por persona.
Pimienta "triturada", es decir, ni entera ni molida. Algunas marcas tienen esa textura, o se puede hacer en el momento con un molinillo de especies.
Sal al gusto
Un diente de ajo grandecito por solomillo.
Aceite de oliva para untar cada pieza de solomillo.

Para que la carne coja bien el gusto, es mejor hacer el aliño el día de antes, y dejarlo preparado en el frigorífico.
Se unta cada solomillo con la sal y la pimienta, sin temor a que sea demasiada, (acaba por desprenderse, pero deja el sabor en la carne).
Se corta el diente de ajo en láminas muy finas y se introduce por todos los resquicios que permita la fibra de la carne.
Cuando esté preparado el total, se impregna suficientemente con aceite de oliva, procurando que sea uniforme.
Se ponen a macerar hasta su utilización en un recipiente tapado.

A su uso, se calienta la sarten para plancha, sin nada dentro, y cuándo esté bien caliente, se van colocando los solomillos alternando en cada uno la parte gruesa con la parte delgada del siguiente, para que todos toquen bien el fondo de la sartén y tengan fuego uniforme. Con el aceite que llevan impregnado, queda un punto estupendo -más que plancha menos que frito- que conserva la carne jugosa y tierna.
El punto de la carne queda a gusto del comensal...digamos que para "el punto", bien hecho por fuera, rosado por dentro, vale con unos diez minutos, cinco por cada lado, o el tiempo proporcional si hay que rotarlos más.
Se sirven inmediatamente, enteros o en medallones, según el hambre y el capricho de cada uno, con el tipo de guarnición que se desee: patatas fritas, puré de patata, arroces, ensalada o lo que a cada uno se le ocurra y se coma.

Si quedan restos de solomillo, se puede comer frío perfectamente. Si se quieren hacer para "ir sacando" para la semana, se dejan enfriar cuándo se sacan de la sartén, y despues se meten en aceite (como se hace con el "lomo de orza") de manera que queden totalmente cubiertos. El aceite no penetra la carne, pero sí la conserva, y resulta un fiambre mejor que todos los que están inventados, menos el jamón serrano :-)

viernes, 7 de septiembre de 2007

SALMOREJO


Se me ocurre que lo suyo es poner la receta del salmorejo, por terminar de dar del todo último menú.

El salmorejo es primo hermano del gazpacho (y de toda la variedad de gazpachos y gazpachuelos que se hacen en Andalucía) y viene a ser básicamente- una emulsión de tomate y aceite (de oliva). Pero resulta tan exquisito (bien frío en verano) que lo normal es que la gente lo pruebe diga ¿y esto que és?, por lo menos en mi casita; es decir, que se piensen que es algo exótico, de puro sorprendente.

1 kg. (incluso algo más) de tomates rojos bien maduros, de la variedad más sabrosa que se pueda comprar :-)
1/4 de litro de aceite de oliva virgen extra
1 diente de ajo.
Sal al gusto.

La única particularidad, es que para batirlo (como se debe) hace falta una batidora de vaso (tipo KitchenAid), no sale igual con la minipimer.

Primero se pone el aceite (el vaso permite medirlo, y variar la proporción); despues los tomates, a los que se quita el centro. En versión sofisticada (gourmet) se pelan los tomates, porque la textura resulta así espumosa. En versión ordinaria, con piel, que se acaba deshaciendo en el proceso de batido. El diente de ajo se pela, se abre al centro, y se le quita el tallo (queda el aroma del ajo y no repite ni resulta desagradable a los que no les guste mucho el ajo) No se cual es la explicación de esto, pero es así.

Cuando están todos los ingredientes, se pone a batir, primero en "cortar", y cambiando la intensidad hasta llegar a "licuar", dónde se tiene 3-4 minutos, por lo menos. Et voilà.

Se sirve en fuente plana, o en cazoletas individuales, según sea la cosa. Se puede acompañar de huevo duro picado, jamón serrano, tortilla de patatas...y sobre todo, se puede mojar pan ;-) ...o tortitas de arroz, en mi caso.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

TORTILLA DE PATATAS


La tortilla de patatas es el amén de la cocina cotidiana, despues de los huevos con patatas, claro. Cada uno y cada cual la hace a su manera, con lo que no valen las recetas "ortodoxas".

Voy a contar cómo la hago yo, desde que el microondas hizo la revolución cultural en mi cocina sin querer (ni él ni yo), y la cocina de inducción me hizo la vida más fácil. No diría jamás que son "adelantos", pero sí regalan tiempo, y quitando unos minutos de aquí y otros de allá, a veces consigo que me quede tiempo para ponerme una mascarilla de yoghourt, o para escribir post de cocina y tal.

De entrada digo que es mejor hacer tortillas pequeñas; si hay gente que se las vaya a comer se hacen dos o tres, pero mejor de sartén pequeña-mediana, que no hay muñecas que aguanten dar la vuelta a al tortilla propiamente dicha, con una sartén grande.

4 patatas grandes, o el equivalente en pequeñas.
3 huevos grandes, 4 si son pequeños.

1 cebolla dulce (que no sea de las que pican, las cebollas son una historia y mejor conocerlas)
1 diente de ajo (esto sí que es un secreto de cocina, ya lo veréis y lo gustaréis)

Las patatas peladas y cortadas en rodajas, las cebollas cortadas a "pluma", y el diente de ajo en lonchitas finísimas, se ponen en un recipiente de cristal apto para microondas, cubiertas de aceite de girasol. Se tapa el bol y se pone en el micro durante 10 minutos. Se le echa un ojo y se le da la vuelta a las patatas, suavemente, con cuidadito, entre otras cosas porque quema del carayo. Se pone a dar vueltas otros 10 minutos, y ya. No hay proceso más límpio que éste.

Se baten los 3-4 huevos, metiéndoles aire, y se añade la sal, -se prueba, si no se sabe calcular- suficiente para el huevo y para las patatas.

Se añaden las patatas ya hechas, y se mezcla todo, con delicadeza suficiente pa no hacer un puré, -las patas están blandas y calientes-, y cuajan el huevo sobre la marcha.

Se prepara la sartén calentándola primero como para plancha. Cuando esté bien caliente, se mancha el fondo con aceite de oliva, y cuándo éste haya cogido temperatura, se vierte toda la mezcla en la sartén, y se menea con gracia y decisión, en círculo, para que la tortilla no se pegue al fondo. Cuándo el huevo empiece a estar bien cuajado, y la solidez evidente permita dar la vuelta, se tapa la sartén con un plato que permita "recibir" a toda la tortilla, y en dos movimientos -voltear-volver a la sartén- se coloca del lado más crudo, para que termine de cuajar, y se deja un par de minutos, apagándo la lumbre, si es eléctrica, para que se termine de hacer con el calor residual. En unos minutos, se saca para servir.

La tortilla de patatas puede ser acompañante o acompañada. Está muy rica con salmorejo y jamón serrano, y vinito blanco de aguja (en verano, por lo menos).



lunes, 3 de septiembre de 2007

BERENJENAS CON MIEL



Para dos personas:
Una berenjena grande o dos medianas
Miel- agua y sal- huevo y pan rallado o harina de maiz (si se quiere una receta sin gluten)

Se parten las berenjenas sin pelar en rodajas de forma longitudinal, mejor si las lochas son finas, quedarán más crujientes.
Se pueden dejar en un recipiente con agua y sal durante media hora para quitarles el amargor; yo no lo hago porque me gusta ese punto.
Se escurren y secan con papel de cocina.
Se pasan por huevo batido y pan rallado y se fríen en aceite caliente.

Aparte calienta miel con un poco de agua para licuar la miel y que sea menos espesa.
Una vez fritas las berenjenas, con una cuchara distribuye un poco de miel caliente sobre ellas.