domingo, 9 de septiembre de 2007

SOLOMILLO A LA PIMIENTA


El solomillo de cerdo es un buen recurso cuándo se quiere hacer una comida un poco especial, y se tiene poco presupuesto y el tiempo limitado.

Lo del presupuesto, porque aunque no es de las carnes más baratas, tampoco es de las más caras, y con una buena preparación saca el sobresaliente de los comensales. Y lo del tiempo, porque permite preparar los procesos previos el día anterior, y porque según como vaya a consumirse, sirve perfectamente de fiambre, y te apaña una cena

Un solomillo de cerdo por persona.
Pimienta "triturada", es decir, ni entera ni molida. Algunas marcas tienen esa textura, o se puede hacer en el momento con un molinillo de especies.
Sal al gusto
Un diente de ajo grandecito por solomillo.
Aceite de oliva para untar cada pieza de solomillo.

Para que la carne coja bien el gusto, es mejor hacer el aliño el día de antes, y dejarlo preparado en el frigorífico.
Se unta cada solomillo con la sal y la pimienta, sin temor a que sea demasiada, (acaba por desprenderse, pero deja el sabor en la carne).
Se corta el diente de ajo en láminas muy finas y se introduce por todos los resquicios que permita la fibra de la carne.
Cuando esté preparado el total, se impregna suficientemente con aceite de oliva, procurando que sea uniforme.
Se ponen a macerar hasta su utilización en un recipiente tapado.

A su uso, se calienta la sarten para plancha, sin nada dentro, y cuándo esté bien caliente, se van colocando los solomillos alternando en cada uno la parte gruesa con la parte delgada del siguiente, para que todos toquen bien el fondo de la sartén y tengan fuego uniforme. Con el aceite que llevan impregnado, queda un punto estupendo -más que plancha menos que frito- que conserva la carne jugosa y tierna.
El punto de la carne queda a gusto del comensal...digamos que para "el punto", bien hecho por fuera, rosado por dentro, vale con unos diez minutos, cinco por cada lado, o el tiempo proporcional si hay que rotarlos más.
Se sirven inmediatamente, enteros o en medallones, según el hambre y el capricho de cada uno, con el tipo de guarnición que se desee: patatas fritas, puré de patata, arroces, ensalada o lo que a cada uno se le ocurra y se coma.

Si quedan restos de solomillo, se puede comer frío perfectamente. Si se quieren hacer para "ir sacando" para la semana, se dejan enfriar cuándo se sacan de la sartén, y despues se meten en aceite (como se hace con el "lomo de orza") de manera que queden totalmente cubiertos. El aceite no penetra la carne, pero sí la conserva, y resulta un fiambre mejor que todos los que están inventados, menos el jamón serrano :-)

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